Los códigos QR para eventos - ¿de veras merecen tanta matraca?

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Están en todas partes. En paradas de autobuses, periódicos, carteles inmobiliarios, escaparates, stands de ferias de muestras e incluso en las cajas de Heineken. Los códigos QR se están extendiendo como el aceite.

Soy lo que se llama acertadamente una nativa digital. Soy experta en tecnología. Escribo y doy ponencias sobre las tendencias digitales por todo el mundo. Poseo un teléfono inteligente, un iPad y cerca de 80 aplicaciones… y, sin embargo, en los últimos años ha habido pocas ocasiones en las que haya escaneado un código QR. Nunca lo he hecho en una parada de autobuses, un periódico, un cartel inmobiliario, un escaparate, un stand, ni siquiera una caja de Heineken. ¿Por qué? Porque no había motivo lo suficientemente poderoso.

El otro día, escribí sobre la importancia de la idea que hay detrás de esta herramienta. Aunque muy actuales, los códigos QR son ni más ni menos que códigos de barra pixelados. El problema de crear un montón de códigos QR para tu negocio reside en que jamás he oído alguien decir: "Ojalá pudiera escanear un código de barras pixelado… pues por fin tendría a alguien al que prestar mis servicios".

Los códigos QR en sí no son malos. Suelen serlo las ideas detrás de ellos. Las ideas son la chispa que ha hecho que hayan sido exitosos para algunas personas que los han incluido en su mezcla de marketing. Específicamente, unas ideas que se basan en la relevancia, el significado y la utilidad.

La principal pregunta que has de hacerte es si los códigos QR añadirán valor a tu negocio y de cara a tus clientes o, en cambio, si simplemente has caído víctima de la matraca.

Publicado
25/07/2011