Gestión 101: cómo organizar tu negocio para que crezca de forma sostenible

Image

Cada negocio tiene una manera de operar que es completamente diferente a cualquier otro negocio del mundo. ¿Te has preguntado alguna vez cómo algunas empresas siguen logrando atraer y retener a trabajadores con un alto rendimiento, mientras que otras luchan por retener a los pocos que tienen?

¿Has entrado alguna vez en la sede de un negocio y, sin que te lo hayan dicho, has podido sentir la energía en el ambiente? ¿Por qué algunos trabajadores se realizan en su lugar de trabajo y otros no? ¿Cómo es que algunas empresas son más exitosas que otras en el mismo sector?

La respuesta a todas estas preguntas y a muchas más radica en la gestión. Al igual que los individuos son únicos, de tal modo que no hay dos personas completamente iguales, lo mismo puede decirse de las empresas, fabriquen productos similares o provean al mismo mercado. Por lo tanto ¿qué es lo que marca la diferencia? La gestión.

La gestión: ensamblando las piezas
Después de todo, el día a día de un negocio depende totalmente de lo competente que sea su gestión. Un negocio puede tener un magnífico líder y un producto sobresaliente, pero sin la implementación de las mejores prácticas de gestión, el negocio tendrá los días contados. Puede que un emprendedor fuera de serie monte un negocio, pero si no es buen gestor, ¡el negocio irá a pique en un abrir y cerrar de ojos!

Los negocios son como un rompecabezas; es el emprendedor quien lo perfila todo, pero sólo una buena gestión le permitirá hacer encajar todas las piezas. El espíritu emprendedor se centra en la creación de un negocio que importa (impulsado por un propósito); el objetivo de la gestión es crear un ambiente de alto rendimiento (impulsado por sistemas), un entorno donde la gente sea efectiva y el trabajo, productivo.

La responsabilidad de los líderes como gestores radica en preservar la esencia; es decir, en ayudar a todo el mundo a saber en qué debe centrarse y cómo lograrlo. La gestión hace encajar todas las piezas y, al crear una organización, ponerlo todo en su justo valor. La gestión engloba todos los elementos de un negocio y los entreteje en un todo grande e integrado, conocido como "organización". La creación de una organización es la principal tarea de la gestión.

El hecho de que la gente se reúna a diario en un lugar para trabajar en una empresa determinada no hace que sea una organización. El objetivo de la gestión es convertir un negocio en una organización. Ésta es la esencia del papel del director general como gestor.

La organización de un negocio
La gestión de un negocio empieza por la creación de una organización. La organización de un negocio es la esencia de la gestión. Sin organización mediante la gestión, un negocio es sólo un grupo de personas que se reúnen para velar por sus propios intereses.

Un negocio se define por las expectativas de la gente que trabaja para él, y no al contrario. Si no se gestiona debidamente, un negocio no será distinto de la conciencia de la gente que lo compone. Si, por ejemplo, los empleados de una empresa están insatisfechos con su vida privada, con un historial de relaciones decepcionantes con gente que les ha dejado en la estacada, será imposible que dicha empresa transcienda esa conciencia sin que medie otra fuerza.

Dicha fuerza ha de plantearles el reto de superar sus anteriores decepciones mediante la creación de una imagen atrayente y extraordinaria de lo que pueden lograr ser. La gestión mediante la creación de una organización es la fuerza vinculante que aúna todos los recursos de un negocio –humanos, financieros, materiales, etc.– a fin de alcanzar una meta empresarial determinada. Un negocio logra un máximo de efectividad y eficacia cuando opera como organización.

¿Qué es una organización?
Una organización es, en sentido amplio, un mecanismo social que persigue unas metas colectivas, controla su propio rendimiento y se encuentra separado de su entorno, incluyendo otras organizaciones, por una línea de demarcación. El término "organización" viene de la palabra griega para "herramienta".

Como expuso muy acertadamente Peter Drucker in el Harvard Business Review (febrero de 2006):
"Una organización es una herramienta. Como cualquier otra herramienta, cuanto más especializada mayor es su capacidad para ejecutar la tarea encomendada".

Dicho de otro modo, "una organización es una herramienta diseñada e implementada por sus líderes para lograr un fin determinado", como la define el doctor Phil Walker.

La palabra clave en todas estas definiciones es "herramienta". Lo que significa que el emprendedor fuera de serie como gestor es responsable de convertir su negocio en "herramienta" (organización). ¿Cómo lo consigue? ¿De qué está hecha esta herramienta? ¿Cómo se crea? ¿Cómo se aplica? La gestión, como competencia esencial para cualquier emprendedor, se centra en las respuestas a dichas preguntas, entre otras.

Para conseguirlo el emprendedor debe valerse de tres principios clave de gestión para el crecimiento empresarial sostenible

  • Cultura: la programación de una organización como herramienta.
  • Estructura: la configuración de una organización como herramienta.
  • Ejecución: la aplicación de una organización como herramienta.

Cultura: la programación de tu negocio para un crecimiento sostenible
No puede haber organización alguna sin cultura. Sea explícita o implícita, la existencia de una cultura es la esencia de cada organización. La creación de una organización empieza por el establecimiento de una cultura explícita.

La cultura se refiere a las creencias, valores, principios y prácticas compartidos de un determinado grupo de personas. La cultura es la personalidad de una organización. Es el software que le permite comportarse de una forma específica. Es el programa que determina cómo la empresa funcionará como organización.

En el mundo de los negocios esto se conoce como "ideología central" o "filosofía corporativa, empresarial u organizacional". Constituye los principios, estándares, reglas y prácticas aceptadas fundamentales que guían e inspiran cada acción, decisión e intención de una organización. Gobierna en gran medida cómo la gente piensa, actúa e interactúa con otras personas y cómo realiza su trabajo.

La cultura es lo que define la frase popular: "es cómo lo hacemos aquí". La mayoría de las empresas exitosas van un paso más allá para institucionalizarla: "a lo HP", " a lo Wal-Mart", " a lo Virgin", " a lo Google", "a lo Nordstrom", "a lo Disney", y así sucesivamente. Esto ayuda a inculcar a todas las partes interesadas un sentido de cómo se hacen las cosas en una determinada empresa.

La cultura es lo que da forma a la función de la organización como herramienta. El propósito específico –el fin para el que se creó la herramienta (organización)– se define por la cultura básica de la misma. La mayoría de los negocios fracasan como organizaciones porque carecen de una cultura explícita que aporta a la empresa en su conjunto la claridad de ideas y la dirección muy necesarias para conseguir un crecimiento sostenible.

¿Qué quiero decir con esto? Si una organización es una herramienta, como se ha explicado anteriormente, ¿cuál es el propósito de una herramienta? ¿Por qué se crean herramientas? Las herramientas no existen sin motivo; existen para facilitar la realización de una tarea específica.

Las herramientas son instrumentos para obtener resultados. Los martillos se utilizan para clavar clavos en cualquier superficie; los coches se usan para transportar a personas o cosas de un lugar a otro; los ordenadores sirven para almacenar, procesar y recuperar datos, entre otras cosas. Conocemos la esencia de las herramientas y nuestras expectativas se forman en base a lo bien que funcionan.

En definitiva, no adquieres las herramientas porque sí, sino por motivos específicos basados en tus necesidades. Si no tienes necesidades, no necesitas herramientas. Las herramientas existen por motivos específicos. ¿Cuáles son algunos de ellos?

Las herramientas existen por dos motives generales

  1. La satisfacción de una o más necesidades.
  2. La realización de una o más tareas.

Por lo tanto, una organización es una herramienta cuya función es satisfacer las necesidades del cliente mediante la realización de una o más tareas específicas. El propósito de una organización es satisfacer las necesidades del cliente. Es más, el único motivo de la existencia de una organización es satisfacerlas. En otras palabras, una organización existe para solucionar los problemas de su público objetivo.

La misión de una organización es realizar una o más tareas específicas. Es decir, la principal tarea y objetivo de una organización es la realización de una o más tareas a fin de satisfacer las necesidades del cliente. Si no se realizan dichas tareas (misión), no se satisfarán dichas necesidades (propósito).

El punto hasta el qué una organización pretende satisfacer las necesidades del cliente es su visión. Es decir, el punto hasta el que se esfuerza para satisfacerlas (propósito) mediante la realización de una serie de tareas específicas (misión) es su visión.

La combinación de estos tres componentes –propósito, misión y visión–, además de otros dos –valores y marca–, constituyen la base de la cultura de una organización. Juntos los llamo el ADN corporativo/organizacional.

Publicado
31/12/2012