Cómo hacer negocios como Jesucristo

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¿Cómo hacía negocios Jesucristo? ¿Quién es Jesucristo para ti? Para algunas personas, es el ser humano más grande que jamás ha existido. Para otras, es el salvador del mundo. Para mí, ¡es el emprendedor más grande de todos los tiempos!

¿Por qué?

Porque inventó la salvación y ayudó a la humanidad a resolver su mayor problema: ¡la vida eterna!

Jesús no sólo murió para que puedas ir al cielo. ¡Murió para que puedas también reinar en la tierra creando un negocio que importa, cambiando el mundo y beneficiándote del propósito!

Los siete principios empresariales de Jesucristo
La historia de Jesucristo es la más relatada en la historia humana. Esto se debe a que contiene tantas lecciones valiosas que tiene un poderoso impacto sobre la gente.

En el espíritu de la Semana Santa, he aquí siete lecciones empresariales poco comunes:

1.- El propósito – ¿Por qué existes?
Esto es donde todo comienza tanto en los negocios como en la vida. A no ser que el fin esté muy claro, es imposible aspirar a la grandeza.

Jesús tenía un claro propósito para venir al mundo: para salvar a la humanidad de la condenación eterna y para otorgarle la vida eterna.

"Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna" – Juan 3:16

Como emprendedor, Jesús sabía en qué consistían los negocios; morir para que tú y yo podamos alcanzar la vida eterna.

Los grandes emprendedores saben cuál es la meta antes de empezar. Tienen un motivo muy claro para dedicarse a los negocios. De hecho, se metieron en ellos para cumplir dicho propósito.

Para ellos, los negocios son el medio para alcanzar el fin que buscan. Sólo puedes construir algo grande si partes de una gran idea.

2.- El mensaje – ¿cuál es tu evangelio?
"Evangelio" significa "buenas noticias".

Como emprendedor, Jesús disponía de un buen evangelio (mensaje) que quería que la gente escuchara. Su mensaje era muy convincente:

"Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas" – Mateo 6:33

Se trata de un relato muy convincente. La idea de perseguir una sola cosa (el reino de Dios) y, además de conseguirlo todo, es de veras una noticia que a muchas personas les gustaría oír.
Como emprendedor, ¿cuál es tu mensaje?

Para alcanzar el éxito en los negocios es esencial tener un mensaje convincente. El mensaje constituye el eje de tus esfuerzos de marketing y la esencia de tu marca. Si no lo tienes, todos tus esfuerzos de marketing serán en balde.

3.- El posicionamiento – ¿cuál es tu público objetivo?
Ningún negocio por sí solo puede satisfacer las necesidades de todo el mundo. Tu público objetivo no es todo el mundo; incluso Jesús tuvo que reconocer este hecho brutal.

"[…] no he venido a llamar justos, sino pecadores al arrepentimiento" – Mateo 9:13

Como emprendedor, se trata del mayor error que puedes cometer. No todo el mundo es cliente potencial tuyo.

Has de diferenciar y posicionar tu negocio para que aquellas personas que valorarán lo que ofreces (producto/servicio) puedan identificarte con facilidad.

Jesús no se confinaba en una iglesia como un pastor; estaba fuera en la calle buscando a aquellas almas perdidas. Los perdidos no acuden a la iglesia; están ahí fuera, algo que Jesús comprendía perfectamente.

Con el posicionamiento se trata de identificar a tu público objetivo y llegar a él, esté donde esté, con el mensaje que quiere oír.

Deja de intentar serlo todo para todo el mundo. Hay que ser algo para alguien; ¡el posicionamiento!

4.- El discipulado – ¿quiénes son los que comparten tu visión?
Ningún individuo por sí solo ha conseguido algo grande

Jesús no pretendía por sí solo salvar a los perdidos, a pesar de sus poderes divinos. Recurrió a otros que poseían dones específicos.

"Y les dijo: Venid en pos de mí, y os haré pescadores de hombres" – Mateo 4:19

¿Por qué lo hizo?

La razón, aunque muy sencilla, no es tan obvia.

Jesús se dio cuenta de que no era omnipresente; dotado de la capacidad para estar en todas partes al mismo tiempo. Sabía que iba a morir en la cruz para expiar los pecados de la humanidad.

Tenía que preparar a otras personas que le sucederían para seguir transmitiendo el evangelio (mensaje) cuando él ya no estuviera en la tierra. Estas personas fueron sus 12 discípulos.
Como emprendedor, ¿estás intentando hacerlo todo tú mismo?

Esto es cómo muchas personas acaban cayendo en la peor de las trampas empresariales. Tienes que darte cuenta de que no vas a estar siempre aquí. Lo que construyes debe perdurar después de que hayas abandonado esta vida. La mejor manera de conseguirlo es trabajar con un equipo de personas que comparten tu visión a fin de institucionalizar tu negocio.

En tanto que entiendo que muchas personas empiezan solas un negocio, no es excusa para no buscar a personas afines a medida que crezca.

Los grandes negocios no son el resultado de los esfuerzos de un solo individuo, sino de los de varios individuos.

5.- La innovación – ¿dónde están tus señales y prodigios?
Por la boca muere el pez.

Llegar a ser grande depende del impacto que causas; señales y prodigios.

Los grandes emprendedores lo son porque hacen que ocurran grandes cosas.

Jesús es el mejor emprendedor de todos los tiempos porque fue el más innovador.

Jesús curaba a los enfermos.

Jesús devolvía la vista a los ciegos.

Jesús caminó sobre el agua.

Jesús convirtió el agua en vino.

Jesús resucitaba a los muertos.

Jesús resucitó.

Sobre todo, Jesús inventó la salvación, el pasaporte de la humanidad a la vida más allá de la muerte.

Como emprendedor, tu grandeza dependerá de la cantidad de cosas maravillosas que seas capaz de hacer realidad. Jesús lo hacía. Realizaba señales y prodigios. Hacía que lo imposible fuera posible.

Y he aquí lo que Él tiene que decirte sobre la innovación:

"De cierto, de cierto os digo: El que en mí cree, las obras que yo hago también él las hará; y mayores que éstas hará; porque yo voy al Padre" – Juan 14:12

6.- La rentabilidad – ¿cuántos almas/clientes estás consiguiendo?
Los grandes emprendedores construyen negocios rentables.

Al igual que hay dos tipos de negocio –bueno y fantástico–, hay también dos tipos de beneficio: en especie y en efectivo.

En el caso de Jesús, obtenía beneficios en especie.

Su rentabilidad se mide por el número de almas que salvó. Está en el negocio de salvar vidas, así que su resultado final se mide en especie, en lugar de en efectivo.

Como emprendedor, la construcción de un negocio que importa implica en parte ser rentable. De hecho, cuanto más importe tu negocio, más rentable será.

Los negocios que importan dan dos tipos de beneficio: en especie y en efectivo.

Tu beneficio en especie es el bien que hacen (el buen impacto que tienen) tus productos y servicios en las vidas de la gente.

Tu beneficio en efectivo es el dinero que se te paga a cambio de los productos y servicios que suministras.

Ambos son centrales a tu éxito empresarial. De hecho, tus beneficios en efectivo son determinados por tus beneficios en especie.

El origen de ambos tipos de beneficio se radica en el valor. Es lo beneficial que son tus productos/servicios lo que convence a la gente a pagarte dinero a cambio de ellos.

"El alma liberal será engordada: Y el que saciare, él también será saciado" – Proverbios 11:25

7.- La herencia – ¿cómo te gustaría que te recordaran?
El verdadero sello de los grandes emprendedores es su capacidad para dejar su huella en las arenas del tiempo.

Cada diciembre celebramos el nacimiento de Jesús.

Cada Semana Santa celebramos Su muerte y resurrección.

Se trata de un hombre que vivió hace 2.000 años y, no obstante, el mundo no ha dejado ni un instante de recordarle.

¿Por qué será?

Porque perdura su herencia.

Jesús no es el único emprendedor en haber conseguido esta proeza. Hay otros, como Él, cuya herencia trasciende su vida y son recordados a lo largo de la historia.

Pero en Su caso, dio el mejor de sí para cumplir con el propósito de Su negocio.

"Como el Hijo del hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos" – Mateo 20:28

Los grandes emprendedores utilizan sus vidas para luchar por su causa.

¿Para qué serías capaz de sacrificar tu vida?

¿Cuáles son las causas por las que merecen la pena luchar en tu vida?

Conclusiones
Para hacer negocios como Jesús, has de seguir sus siete principales empresariales:
1.- El propósito – ¿por qué existes?
2.- El mensaje – ¿cuál es tu evangelio?
3.- El posicionamiento – ¿cuál es tu público objetivo?
4.- El discipulado – ¿quiénes son los que comparten tu visión?
5.- La innovación – ¿dónde están tus señales y prodigios?
6.- La rentabilidad – ¿cuántos almas/clientes estás consiguiendo?
7.- La herencia – ¿cómo te gustaría que te recordaran?

Ahora te toca a ti
¿Qué impacto ha tenido la vida y los principios de Jesucristo en tu negocio?

Publicado
18/04/2012