Cómo evitar la trampa de la preocupación y desatar el poder del pensamiento para resolver tus problemas empresariales

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Los emprendedores son personas que resuelven problemas. De hecho, solo cobran cuando resuelven los problemas de la gente mediante la creación de productos/servicios. En gran medida, esta capacidad para resolver problemas se determina por la calidad de tus pensamientos y habilidades de razonamiento. La capacidad para pensar es una habilidad y, al igual que otras habilidades, se puede aprender y desarrollar.

En este artículo fuera de lo común, he decidido desvelar el misterio que hay detrás del "pensamiento" para que los emprendedores puedan aprender, comprender y aplicar el "arte de pensar" de forma efectiva. El objetivo del presente artículo es explicar, de la forma más clara posible, lo que realmente significa "pensar", destacar las diferencias entre el "pensamiento" y la "preocupación" y cómo se pueden diferenciar.

¿Qué es exactamente pensar?
"El pensamiento es un ensayo de la acción" - Sigmund Freud

Según el Diccionario de la Lengua Española, "pensar" significa reflexionar, examinar con cuidado algo para formar dictamen; imaginar, considerar o discurrir; intentar o formar ánimo de hacer algo. También significar formar ideas y representaciones de la realidad en la mente; tener la intención o el propósito de hacer una cosa o hacer proyectos sobre una cosa; y tener una opinión respecto de algo, entre otros significados.

Por lo tanto, se puede definir la acción de "pensar" como el arte de usar la mente para generar ideas, encontrar soluciones y formular un plan o estrategia para implementar las ideas o soluciones generadas. En resumen, pensar es el arte de encontrar respuestas o soluciones a problemas existentes. Implica sobre todo el uso de la mente, lo que significa que no se puede ver el "pensamiento", sino imaginarlo; no se puede tocar, porque es invisible.

El pensamiento se considera un "arte", en lugar de un "acto", porque es solo después de pensar cuando descubrimos "qué" hacer y "cómo" hacerlo; es decir, saber "qué" hacer y "cómo" hacerlo. Así que no se trata de una acción propiamente dicha, sino que tiene el potencial de producir una acción o línea de acción. El arte (la inspiración) de pensar produce un acto (una acción).

Según su definición, el pensamiento tiene dos objetivos principales

  • En primer lugar, generar ideas o encontrar soluciones a problemas existentes y
  • En segundo lugar, convertir las ideas o soluciones generadas en planes o estrategias para su posterior implementación.

Al combinar estos dos objetivos, la esencia del pensamiento es generar nuevas ideas o encontrar soluciones a problemas existentes y convertir dichas ideas o soluciones en planes factibles. Ésta es la única esencia del pensamiento; cualquier otra cosa que no llega a la altura de estos dos objetivos es otro cantar y lo contrario del pensamiento se conoce como "preocupación". Si después de pensar eres incapaz de establecer un plan de acción basado en las ideas o soluciones que has generado, entonces acabas de pasar un rato sumido en la "preocupación", en lugar de haber estado pensando.

El pensamiento frente a la preocupación
"La preocupación es como una mecedora; te entretiene pero no llevará a ninguna parte". - Anónimo

La preocupación es el "pensamiento" sin rumbo; el no tener un propósito u objetivo definido en la mente. Es centrarse en un problema y todas sus connotaciones negativas, en vez de centrarse en las posibles soluciones. Cuando estás preocupado, le das mil vueltas a un problema determinado, sin que te ocurra solución alguna. Piensas en todas las demás cosas relacionadas con un problema menos en su solución. En lugar de mirar más allá del problema para encontrar una posible solución, la "preocupación" rebusca dentro del problema para encontrar una explicación adecuada.

El pensamiento te motiva, te inspira y te revitaliza; la preocupación te deja deprimido, desmotivado, triste y enfadado contigo mismo. El pensamiento implica la búsqueda de opciones y soluciones; la preocupación es la búsqueda de excusas y explicaciones. El pensamiento te libera; enciende tu pasión y creatividad. La preocupación te deprime; ahoga tu creatividad, debilita tu pasión y despierta todas tus emociones negativas.

El pensamiento es productivo; es el intento de encontrar respuestas o soluciones a los problemas, en vez de un intento de crear más problemas o encontrar excusas para los existentes. En tanto que el objetivo de pensar es encontrar la forma de solucionar un problema, la preocupación intenta justificar el problema echando la culpa a algo o a otra persona. El pensamiento es progresivo. Se centra en las lecciones aprendidas de los errores cometidos; siempre está abierto a correcciones. Se proyecta para abrir nuevos caminos.

La preocupación es regresiva; siempre camina hacia atrás en un intento de justificar tu situación o condición actual. Es intentar hacer cosas que no puedes hacer por falta de conocimientos o recursos. La preocupación es negarse a cambiar; es hacer lo mismo una y otra vez y esperar obtener una resultado distinto. Es pensar en los "buenos tiempos" con nostalgia. La preocupación se ceba principalmente en tus debilidades; es detenerte en las cosas que no puedes conseguir, en las cosas que no posees. Es el juego de las culpas: "Ojalá que fuera así… entonces mi situación sería otra".

La preocupación no es igual que el pensamiento. El "pensar" significa generar ideas o soluciones y elaborar planes o estrategias para implementarlas. El "preocuparse", en cambio, es centrarse en un problema y todo lo desagradable relacionado con el mismo. El "pensar" es el uso deliberado de la mente para lograr un fin específico, que podría ser:

  • Una idea o solución.
  • Un plan o estrategia.

Esto implica que el "arte del pensamiento" siempre tiene una meta que quiere alcanzar; nunca es un ejercicio fútil. Cada vez que piensas, en lo profundo de tu mente siempre hay una meta u objetivo establecido que quieres alcanzar, que podría ser la solución a un problema acuciante o la satisfacción de una necesidad perentoria. Por lo tanto, el pensamiento es el medio por el que encuentras ideas o soluciones y formulas planes o estrategias que luego se pueden implementar a fin de lograr tu meta u objetivo.

Por regla general, el pensamiento siempre ha de ayudarte a llegar a una solución y no simplemente a una conclusión. Una solución es una salida para un problema; una conclusión es una explicación para un problema. Dentro de cada problema hay una dificultad y una posibilidad; el pensamiento es la búsqueda de posibles soluciones, en tanto que la preocupación es la búsqueda de dificultades. Esto es lo que diferencia claramente el pensamiento de la preocupación; ya que el primero conduce a una línea de acción (solución), mientras que el último encuentra un motivo para la inacción (conclusión).

Hay dos maneras de saber si has estado pensando o preocupándote

  • En primer lugar, pregúntate lo siguiente: "¿En qué estoy centrándome exactamente, en el problema o en su solución?" Si te centras solamente en el problema, entonces estás preocupándote, pero si te centras en la búsqueda de una posible solución, entonces estás pensando. Por poner un ejemplo, si el problema de una persona es la falta de trabajo, pensar en él implicaría la búsqueda de una posible solución: "¿Cómo puedo conseguir un empleo?" En tanto que la preocupación acarrearía la justificación de su situación: "¿Por qué es tan difícil encontrar un empleo?" Aquí se hace hincapié en el resultado; lo que quieres exactamente: una solución al problema o una explicación.
  • La segunda manera de saber si has estado pensando o preocupándote es comprobar tu estado de ánimo. Si has estado pensando, te sentirás emocionado y revitalizado y la necesidad urgente de implementar las ideas y soluciones que hayas podido generar. Y, por lo contrario, si has estado preocupándote, te sentirás débil, triste y deprimido y te sumirás inmediatamente en la autocompasión. En lugar de generar ideas o soluciones, lo único que habrás conseguido es generar más problemas sobre los que cavilar.

Conclusiones
En resumen: el pensamiento es razonar con la mente; la preocupación es razonar con el corazón; uno es racional y el otro, emocional. Para terminar quisiera compartir con vosotros esta bella cita de Denis Waitley, que creo que resume perfectamente lo arriba expuesto:
"No insistas en lo que salió mal. En su lugar céntrate en qué hacer a continuación. Gasta tus energías en avanzar hacia la búsqueda de la solución".

Publicado
15/04/2013