Los ciclos de la productividad

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Siempre he creído que la motivación y la implicación llevaban de la mano un aumento de la productividad. Aunque sigo creyendo en la certeza de ambas actitudes y su relación con el aumento productivo, a día de hoy, las cosas cambian, y creo que la propia motivación es la que nos tiene que ayudar a controlar y planificar nuestra productividad.

¿Alguien conoce la palabra Procrastinación? Aunque de origen desconocido para muchos, su significado nos resulta bastante familiar seguro: “Acción (o hábito) de postergar actividades o tareas que uno debe atender, por otras acciones más irrelevantes pero más agradables”.

Tener consciencia de este hábito es el primer paso para empezar a controlar tu productividad personal.

Es cierto que la "inspiración laboral" viene por ciclos y con altibajos, de modo que la única opción útil que nos queda es la planificación. Combatamos nuestras etapas de baja productividad desde dos frentes: luchemos juntos contra la procrastinación y preguntémonos en todo momento de indecisión: ¡¿Qué debería estar haciendo ahora?!

Algunos apoyos para esta lucha:
1. El autocontrol - Empezar el día con una tarea pendiente. Acabemos con el hábito de tareas agradables a primera hora. Truco: al irte, deja anotado y a la vista sobre tu mesa la tarea con la que vas a comenzar al día siguiente. Seguramente, al llegar no sea algo que te apetezca, pero dedícale 5’ y verás que es más agradable de lo que pensabas.

2. Las micropausas - Establece un tiempo máximo a dedicar a una tarea concreta. Truco: divide la tarea en trozos e intercala en ella, cada hora y media (aprox. pues depende de cada uno), pequeños intermedios de 15’ en los que hagas aquello que realmente te motive: blogs, mails, llamadas, diseños, periódicos, Facebook, café...

3. Mi lista - Organiza y prioriza tus tareas. Truco: hazte la pregunta: ¿Qué debería estar haciendo ahora? y anota las respuestas en una lista. Prioriza tus tareas en base a urgencia e importancia, valorando cada uno de estos aspectos por separado.

4. Crea tu hábito - Consigue que cada una de estas acciones sean un hábito en tu día a día. Truco: para fijar un hábito hay que ir de uno en uno, empieza por aquel que más te guste y comienza a fijarlo. Si quieres, hay métodos para conseguirlo, como el de Jerry Seinfeld.

5. Contrólate - Evalúa objetivamente si cumples lo que te propones. Truco: comienza tu HPP (Hoja de Productividad Personal) donde anotes el tiempo que le dedicas a cada tarea, incluyendo aquellas que consideres poco importantes. ¡Revisa al final del día cómo ha ido!

Y recuerda: "Una mala planificación causa menos males que ninguna planificación," Richard Selten.

Publicado
03/11/2009